El problema duro de la consciencia y la posibilidad de un materialismo no-eliminativo ni reduccionista
Hace poco se decidió la apuesta entre Cristof Koch y David Chalmers: el científico accedió que la apuesta la había ganado Chalmers, y que al ciencia aún no explica la consciencia, tal y como reza el problema duro de la consciencia. Nosotros queremos plantear que esto es equivocado, que la ciencia ya está explicando la consciencia, y que parece que la apuesta la ha ganado Chalmers, debido a que no existe el enfoque adecuado para comprender lo que la ciencia produce, además de los prejuicios o bias con los que está formada la postura de Chalmers a la hora de formular el problema duro y el débil de la consciencia. Para esto vamos a hablar de los avances de las ciencias psicológicas en la detección de fenómenos de cogitación interna, y la teoría o hallazgo experimental de descargas de corolario/señales de eferecencia
El problema duro y débil de la consciencia que propone Chalmers, asume de antemano la respuesta: la parte fácil del problema, dice que la ciencia solo puede explicar lo material y fisiológico.. El problema duro, es saber lo que es la consciencia o la qualia, si no es un proceso material y físico. Aquí ya se está planteando de antemano que el problema duro no puede ser material ni científico, cuando se supone que se está cuestionando la posibilidad de que la ciencia explique o no la consciencia. Desde este punto de vista, Chalmers plantea de antemano, que la ciencia no puede explicar ese fenómeno, cuando la búsqueda de la solución al problema de la consciencia debería abrir la posibilidad de que la ciencia sí lo explique..
Pero el otro tema es que la postura está prejuiciada a la hora de comprender que el materialismo o la explicación física, es siempre reduccionista y mecánica. Esto es falso incluso en la física: la física de partículas no es necesariamente reduccionista, y trata muchos temas de agregados múltiples y complejos de partículas, incluso más complejos que lo que se conoce hoy en día como complejidad.. Hay estados de la materia y fenómenos materiales que no son mecánicos ni de masa, ni kinemáticos ni kineticos, sino que son energía. Del mismo modo, no existe solo la partícula, el átomo o la molécula, sino la onda y la interaccionalidad.
Las ciencias psicológicas están descubriendo hoy en día que las cogitaciones son materiales: compuestas de fotones o fonones, compuestas de luz o audio. Todo esto a través de tecnologías de ondas cerebrales o receptores y electrodos, capaces de traducir las cogitaciones internas, las descargas eléctricas y sinapsis, además de los movimientos musculares o motores, que participan de la creación del monólogo interior o de la visión, incluso de la percepción de luz por parte de ciegos. Chalmers está en lo correcto en criticar el reduccionismo, pero no contempla que exista una respuesta material y física no-reduccionista, e incluso emergentista, compleja y de una agregación de distintas teorías, mecanismos, descubrimientos, que todos como un conjunto agregado de distintos aspectos múltiples del mismo fenómeno, sean ya la explicación de la consciencia. Chalmers solo considera como explicación científica una localización reduccionista, un lugar cerebral o nervioso, de donde provenga toda la consciencia. Y simultáneamente, afirma que tal explicación, de darse, no es la explicación, sino que la qualia no puede ser explicada por la ciencia. Si por “explicación científica” se busca un único lugar fisiológico o proceso dinámico como responsable de la consciencia, en efecto nunca se va a encontrar. Pero si todas las interpretaciones existentes, y sus hallazgos experimentales, son agregadas, nada previene a ese mosaico de aspectos de conformar la explicación de conjunto del fenómeno de la consciencia. Si Chalmers no aceptara esta agregación múltiple, él sería el reduccionista.
Del mismo modo, Chalmers reduce la materia o lo materialista a lo mecánico y físico proximal y de contacto, y no existe materia o materialismo de la energía, del gas o la temperatura. No existe para él materialismo de las ondas y las vibraciones interaccionales de la energía. Pero la energía está compuesta por la fuerza (tal y como en una kinética), así como las ondas tienen dualidad de partícula (con las dudas del caso en el caso de los fonones de sonido: los fonones son, por ahora, solo la medición vibracional y en términos de ondas, que producen el sonido, pero esto puede significar que existen partículas de sonido, o que son partículas de otros tipos de energía, que además de sus funciones propias, producen sonido. Esta es una discusión que todavía continúa).
Por último, la explicación material y fisiológica no necesariamente es sensorial. Esto quiere decir, de nuevo, que no estamos hablando de un proceso proximal como, por ejemplo, el contacto físico de partículas de luz o de sonido en los receptores visuales o auditivos del cuerpo. Estamos hablando de señales como la descarga de corolario o la señal de eferecencia: señales de pulsaciones o descargas eléctricas en el sistema nervioso que no son sensoriales, y que producen imagen y sonido. Pero más aún: quiere decir que no estamos hablando tampoco de procesos energéticos a través de interaccionalidad: estamos hablando de una relacionalidad entre elementos físicos, cuyas relaciones y comportamiento entre sí, son intangibles, porque no son una cosa, sino la relación entre sus elementos. Por ejemplo, las respuestas optokinéticas de la descarga de corolario o la señal de eferecencia, son de ubicación espacial y tridimensional a partir de señales binaurales (en el sonido) o en 2D (la imagen de la retina), donde las señales eléctricas lo que hacen es ubicar el sujeto para diferenciar su interioridad y su exterioridad. Son elementales para los ejes arriba-abajo, frente-atrás, izquierda-derecha y, podríamos agregar, interior-exterior, que conforman la ubicación espacial del sujeto, o la ubicación cuando menos “estereológica”. De hecho, los efectos de la descarga de corolario/señal de eferecencia se comparan con los de la diferencia entre los objetos en reposo o estáticos, y los objetos en movimiento. Eso quiere decir que es una relación basada en su ubicación espacial y su relación entre sí como ubicaciones o posicionamientos relativos de las cosas entre sí, más que de fuerzas de contacto o incluso interaccionales-vibracionales, sino que es simplemente la relacionalidad intangible misma entre lo tangible de los fenómenos desde energéticos hasta mecánicos.
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