PSICOLOGÍA
Lo oral y lo anal se resuelven a través del Edipo, lo cual es obvio. El Edipo debe ser revivido en los debates psicológicos, y ya no simplemente psicoanalíticos. Rank es el útero simbólico, autoerotismo es autoerotismo, narcisismo primario es oral y anal (Ideal de yo), narcisismo secundario es yo ideal (inicio de lo simbólico del primer período de Lacan), castración es. Entre la falta de la frustración está el útero simbólico del autoerotismo inicial, y la falta de la privación, está el final del autoerotismo y el inicio del narcisismo general. La ambivalencia está desde el inicio de lo simbólico antropológico rankeano (Géza Roheim), hasta el punto transicional del narcisismo primario (el cual es sexualmente tanto oral como anal, es decir, Irigaray o Mitchell). Esta primera curva de transición entre autoerotismo y narcisismo primario, no es transicional. Lo que es transicional, es simplemente una relación de objeto no electiva y no-transicional en el sentido de Winnicot, sino permanente en el sentido freudiano preciso en la cual el autoerotismo se cierra sobre sí mismo, debido a la frustración inicial del objeto rankeano mnemotécnico, mereológico y sinecdoquético. La resolución de esta ambivalencia misma, que continúa a través del narcisismo secundario está dividido en dos etapas en el mismo modo en la que tanto el yo ideal como el ideal de yo debería ser dividido en dos etapas transicionales entre sí como etapas. Ahora, la ambivalencia, como categoría, deja de ser ambivalencia, precisamente por esta resolución: la ambivalencia es la existencia de la relación sexual misma de Lacan. Por esto mismo, es la elección de objeto que no es Winnicot, sino que inicia su período electivo posterior a esta redefinición de la ambivalencia como la unidad antropológica de la división sexual del trabajo. No la división de los sexos, ni tampoco la división del ser sexuado que es el único del cual habla el psicoanálisis lacaniano para definir la identidad: no existen 64 definiciones distintas de la identidad, existen identidades solo alrededor del objeto electo o el objeto de deseo, alrededor no de la división sexual del trabajo (pre-simbólica), ni de la división de los sexos, sino de la identificación del ser sexuado. A partir de ahí, a partir de esta supuesta ambivalencia que es la ambivalencia de Freud mismo alrededor de su identificación como ser sexuado, y no sobre su sexo, vemos que esta ambivalencia es también la de Lacan al sostener su relación con el retorno freudiano: la ambivalencia es la relación sexual, la ausencia de relación sexual es la relación del ser humano con el sexo y con su resolución edípica alrededor del ser sexuado. Entre el ideal del yo y la castración, sin ser lo mismo, por ser aquella la que inicia desde el narcisismo en general y no desde la resolución del Edipo, es precisamente por ello, que es la falta castrativa. El fin de esta redefinición de la ambivalencia, es el inicio de la ambivalencia misma, y de la elección de objeto winnicotiana, además de la conducta misma (que es precisamente lo que es la elección de objeto de Winnicot en Lacan: nada).
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